Pasado el período de vacaciones, algunas personas presentan síntomas del Síndrome Post-vacacional, también conocido como estrés o depresión post-vacacional. Este concepto hace referencia a la presión emocional y la ansiedad que provoca el readaptarnos a la actividad laboral ya las tareas habituales que habíamos dejado atrás en el momento de empezar nuestras vacaciones. Es importante tener en cuenta que no se trata de un trastorno o enfermedad, simplemente estamos ante un proceso adaptativo que, en ocasiones, puede traer algunas dificultades, pero no requiere de un tratamiento psicoterapéutico.
Por otra parte, algunas personas vuelven a su trabajo con ganas e ilusión, con las pilas cargadas y con necesidad de recuperar su rutina, puesto que en su día a día se sienten autorrealizados. Es más frecuente observar síntomas del Síndrome Post-vacacional en las personas que tienen trabajos que no les gustan, que son sacrificados, que son difíciles de combinar con la vida familiar, que tienen lugar en ambientes hostiles o que tienen condiciones injustas.
Para prevenir la presencia del estrés o depresión post-vacacional, los profesionales de IPPSIC recomiendan:
- Volver con antelación. Sí hemos ido de viaje o hemos pasado unos días fuera de casa, es mejor volver un par de días antes para empezar a readaptarnos a nuestro entorno habitual.
- Volver a los horarios habituales, sobre todo en cuanto a la hora de acostarse y despertar. Durante las vacaciones es normal que vayamos a dormir más tarde y nos despertamos también más tarde de lo habitual durante el resto del año, por eso conviene intentar volver a los horarios con unos días de antelación. Sería recomendable hacer lo propio con los horarios de las comidas.
- Centrarse en esas cosas positivas de nuestro trabajo, nos ayudará a facilitar la reincorporación.
- Planear actividades por el tiempo libre ayuda a hacer más portables las tareas laborales durante la semana. Planificar el ocio y el fin de semana nos permite disfrutar de los pequeños placeres que hemos tenido durante el período vacacional.
- Ante síntomas como la ansiedad o la apatía, hay que tener presente que son temporales y desaparecerán poco a poco, a medida que nos vayamos adaptando al día a día del trabajo y las obligaciones laborales.
- Practicar ejercicio físico. Es mejor evitar el círculo de casa-trabajo-casa, si dedicamos tiempo a practicar deporte, será más fácil la vuelta.
- Recordar que cada día se puede disfrutar de un rato de vacaciones (ver artículo: Poner la mente de vacaciones).